lunes, 10 de noviembre de 2008

Reseña de la historia del Diario El Cronista Comercial

1- Los comienzos

La Institución Informativa La Comercial fue una de las principales compañía latinoamericanas de servicios de información crediticia para empresas y bancos en los finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Durante más de cincuenta años recogió, archivó y realizó informes sobre la situación contable de sus asociados e informó puntualmente sobre las quiebras que se producían en el mercado.
Fue fundada en 1892, su actividad puede resumirse en un párrafo que se publicó en una nota conmemorativa del diario El Cronista del 1ª de noviembre de 1924 sobre la empresa Martín Giménez y Cía: “En ella reconocen, por lo demás, los habilitadores de crédito su mejor guía para acordarlo o denegarlo y todo el comercio de la República su mejor instrumento de contralor y de defensa”.
La necesidad de aceitar la comunicación que semejante institución debía a sus asociados impulsaron a su titular Antonio Martín Giménez y a sus socios, con los cuales ya trabajaba, Rafael Severino Perrotta, Luis Zambrini y Carlos Liberatore, a fundar el periódico El Cronista Comercial, primer medio de comunicación de negocios del país cuyo primer director fue el mismo Giménez.
El diario serviría como vía de difusión de los informes elaborados por compañía madre, aunque fundamentalmente actuaría cómo nexo entre los diferentes actores de la actividad comercial y empresaria de la Argentina, y retrataría el quehacer cotidiano y el pensamiento de quienes eran, según sus editores, “las fuerzas vivas del país”.
Y así resultó, al menos, durante sus primeros ochenta años de vida, tiempo en el que el diario se distribuyó exclusivamente por suscripción a ese privilegiado público.
Eran tiempos del presidente José Figueroa Alcorta, de las exportaciones agroganaderas (el diario informaba en la edición especial de su primer aniversario que el superávit comercial de los seis primeros meses de 1909 había sido de un 40% a favor) y de la inmigración (la misma edición señalaba que habían ingresado 140.000 personas más de las que salieron del país en 1908).
Su primera casa, sede de “La Comercial”, fue Rivadavia 943 y sus primeros empleados fueron quince. El lanzamiento se realizó en prolijas cuatro páginas, cantidad que mantuvo durante muchos años y en formato sábana, normal para la época. Lo sostuvieron durante algo menos de sesenta años.
El éxito de este tándem: servicios de información más medio de comunicación, hicieron que la empresa creciera rápidamente. Así triplicaron en poco tiempo su número de empleados lo que forzó la primera mudanza a Bartolomé Mitre 1254 en 1911.
Durante esos años, El Cronista Comercial fue poco más que un boletín de la actividad comercial, aunque con mucho el medio mejor informado sobre la actividad económica del país. Informes sobre las quiebras producidas, comunicaciones sobre la llegada de barcos con insumos para la industria al Puerto de Buenos Aires o anuncios de cambio de razón social de alguna empresa eran algunas de las noticias que con frecuencia circulaban en sus páginas.
Cuando el 21 de abril de 1919 se produjo el fallecimiento de Antonio Giménez tomó las riendas del emprendimiento Rafael Severino Perrotta, quien era de hecho su socio mayoritario y había sido, desde el principio, su principal artífice. Es más, desde hacía años ejercía la dirección del diario ante los problemas de salud de su socio. Perrotta había ingresado como socio a “La Comercial” en 1907. Era descendiente de napolitanos y miembro de una familia de comerciantes y ganaderos. Su apellido estaría ligado al medio durante los siguientes 60 años.





Antonio Martín Giménez. Fundador de la empresa La Comercial, la entidad madre y del Diario El Cronista Comercial. Murió en 1919.






2- R.S. Perrotta y Cía: informes para un millón y medio de empresas

En 1920 la empresa cambió de razón social y pasó a llamarse R. S. Perrotta y Cía, con Zambrini y Liberatore aún como asociados. Un año después se mudaron por segunda vez, en esta oportunidad a San Martín 439, lugar que no abandonarían por 35 años.




Rafael Severino Perrotta, el principal impulsor del Diario El Cronista Comercial. Ingresó a la empresa de Giménez en 1907 y fundó con él diario.
Murió en 1938.


Durante ese tiempo, los de la Unión Cívica Radical con Alvear e Yrigoyen a la cabeza, la empresa vivió sus años de mayor desarrollo. La Institución
Informativa Perrotta llegó a tener legajos de un millón y medio de empresas de toda la Argentina, de Brasil y Uruguay, además de oficinas en estos países, Rosario, Bahía Blanca y Mendoza, entre otras, y agentes en todo el territorio nacional, Estados Unidos y Europa.
El Cronista Comercial llegó a ocupar el lugar que ya no dejaría, el medio de información de negocios por excelencia de la Argentina con miles de suscriptores en todo el país.
Los años siguientes significaron los primeros sacudones importantes de la historia moderna Argentina. La gran depresión mundial del ’29 y el primer golpe miltar del ’30. El diario no sólo no pudo abstraerse de tales acontecimientos que significaron las primeras distorsiones graves en la actividad comercial de principios del siglo XX. Por ello no es muy difícil entender por qué la sanción de la “Ley de Quiebras” que se realizó en el año 1933 tuvo entre sus más fervientes impulsores a los editores de este diario.








Carlos Liberatore, confundador del diario.














Luis María Zambrini, cofundador del diario.










3- La era Malagarriaga y el Cronista más "comercial" que nunca.

El tercer cambio de timón importante fue en 1938, cuando se produjo la muerte de Rafael S. Perrota el 1° de marzo. El nuevo directorio fue integrado por Zambrini, Liberatore y María Ana Pereyra, la esposa de Perrotta. Años más tarde se sumarían Rafael Andrés Perrotta y Ana María Perrotta, sus hijos. La nueva dirección quedó en manos de Carlos Malagarriaga, un abogado, profesor de derecho comercial, que desde 1922 se desempeñaba como subdirector y que de hecho dirigíó el diario durante los años de ausencia a causa de largos viajes, principalmente a Europa, que realizó el director por esas épocas. El cargo lo sostendría durante los siguiente nueve años. En esos tiempos el diario, crecido en páginas, era el medio en el que se expresaban los principales actores económicos del país. Ministros del poder ejecutivo, presidentes de la instituciones económicas, como la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural o la Cámara de Comercio eran sus habituales columnistas.



Carlos Malagarriaga fue subdirector de El Cronista Comercial desde 1922 y director entre 1938 y 1947. Fue el principal impulsor de la ley de quiebras que se sancionó en 1933.















Personal de El Cronista Comercial en 1938






4- Entre el Peronismo y los golpes militares (Anzisi y Perrotta)

La llegada de Perón al poder en 1946 significó grandes cambios en el país y, también, importantes cambios en El Cronista Comercial. Durante ese año se produjo el segundo cambio de razón social, aunque siempre bajo el control de la familia Perrotta. Se instituyeron dos empresas paralelas. La primera llamada “Institución Informativa Perrotta, Anzisi y Compañía SRL”, continuidad de la Sociedad Perrotta y Cía y de la antigua empresa “La Comercial”, que desaparecería pocos años después y en segundo lugar la empresa “El Cronista Comercial SRL”, que editó desde ese momento el diario. Eran socios de estas empresas el señor Duilio Anzisi, que poco tiempo antes había contraído matrimonio con la viuda de Perrotta padre, Rafael Andrés Perrotta, que fue codirector del diario desde 1950 y Luis María Zambrini.
En el acta de conformación de la sociedad, haciendo gala de lo que había sido su prédica y su conducta, se informa que El Cronista Comercial SRL contaba con un capital de $ 1.000.000 y la Institución informativa Perrotta y Anzisi y Cía, un capital de $ 500.000.
Con el peronismo gobernando y todo lo que ello significaba para un diario que nunca había negado su propósito explícito de impulsar los intereses específicos de los sectores empresarios del país, el diario encara su primer relanzamiento. Sin dejar de ser un diario básicamente económico comenzó a sumar información sobre otras temáticas como las secciones de política y sociedad.
Duilio Anzisi fue el cuarto director que tuvo el diario en cuarenta años. Asumió el 1° de abril de 1947 en reemplazo del renunciante Carlos Malagarriaga, luego de siete años de trabajo en la empresa como gerente comercial.
En 1950 se suma como codirector Rafael Andrés Perrotta. A ellos les tocó pilotear los años fuertes del peronismo y, como se encargaron de remarcar en sus editoriales, de prevenir contra los males del intevencionismo estatal.
El inicio del período más conflictivo de la historia reciente argentina signada por la proscripción del principal partido político, sucesivos golpes de estado, gobiernos democráticos débiles y cíclicos estallidos económicos coincidió con la disolución de la empresa de información crediticia y dificultades económicas para el diario.
A principios de los ‘60 mudaron sus oficinas a Reconquista 379 y, luego con la llegada de un nuevo socio, Enrique Cánepa, compraron en 1964 la oficina de la calle Esmeralda 668. El nuevo aporte accionario generó la nueva razón social de la empresa que pasó a llamarse SADEI (Sociedad Anónima de Ediciones e Impresiones), nombre que sobrevivía los siguientes 35 años.
Durante 1962 realizaron la compra de “El avisador Mercantil”, un medio especializado en quiebras con el cual El Cronista competía y en 1968 siendo ya Perrotta único director por la renuncia de Anzisi en noviembre del año anterior, adquirieron el edificio de Alsina 547. A partir de allí comenzó un proceso de expansión temática más definida del diario que tuvo una de sus máximas expresiones durante 1971 cuando, sin renunciar a la distribución por suscripciones, salió a la venta al público en los puestos de diario durante unos meses. Más allá de esa experiencia fallida –seguramente no la única en la historia de los medios de comunicación argentinos- El Cronista Comercial ya contaba con una sección de espectáculos, noticias de interés general y hasta un suplemento de deportes.

Tragedia(s)


Rafael (Cacho) Andrés Perrotta nació en setiembre 1920 y a los 18 años ya era propietario de El Cronista Comercial por el fallecimiento de su padre. Cursó la carrera de abogacía en la UBA, militó en las filas de la Acción Católica Argentina desde 1939 y formó parte de una organización de beneficencia en el barrio de Recoleta. A los 26 años se casó con la arqueóloga Elena Bengolea. En 1947 nació su hijo Rafael y dos años después su otro hijo Santiago.
Años de eferveciencia social, de ideologías a flor de piel y de confrontaciones definitivas, los años ‘60 y ’70 impactaron con fuerza al interior de un diario que había sido creado por y para las organizaciones empresarias del país, tradicionalmente liberales en lo económico y conservadoras en lo social.
Para la época, muchos empresarios comenzaron a formar parte de corrientes de pensamiento diferentes a las tradicionales, sobre todo en el desarrollismo impulsado por Arturo Frondizi, aunque también socialdemócratas. Perrotta fue uno de quienes impulsó desde los medios de comunicación esos cambios. El mismo pasó de revistar en el nacionalismo en los ‘50 para comulgar el progresismo años más tarde.
Que el director del diario El Cronista Comercial fuera amigo personal de José Alfredo Martínez de Hoz –quien aún no era ministro- o que visitara asiduamente al Almirante Emilio Massera –desde antes de ser miembro de la junta- , no debería sorprender. Estas relaciones construídas con el tiempo y con el lugar que ocupaba naturalmente por su posición social y por su cargo eran, más bien, algo lógico ya que Perrota era una de las personas mejor informadas de la Argentina.
Amigo de muchos de los principales empresarios del país y habitué de las casas de las más aristocráticas familias, tenía fluídos contactos con los principales políticos de la época. Entre otras anécdotas su hijo cuenta la vez que Celestino Rodrigo, el ministro de economía autor del famoso “Rodrigazo”, mandó a llamarlo para informarle personalmente la medida que iría a tomar el día siguiente, a la vez que lo retenía para impedirle llegar a la redacción a horario para dar la primicia al día siguiente.
De todas formas, y sin por ello suponer contradicción alguna, también supo tener amigos entre intelectuales de izquierda, artistas y militantes sociales y comportarse paternalmente con sus trabajadores a los que trataba de igual a igual.
El periódico, entonces, no sólo amplió su campo hacia temáticas no económicas, sino que incorporó a periodistas jóvenes de plumas renovadoras como Tito Amado, Jorge Riaboi, Ricardo Kirschbaum, Roberto Guareschi, Carlos Abalo, el periodista de cultura y asesor editorial César Magrini, el entonces comentarista de deportes Eduardo Van der Kooy y entre muchos otros, Susana Viau, Alberto Dearriba y Roberto Tito Cossa, editor de espectáculos, quien declaró a Clarín en el 2005 respecto del clima que se vivía en el diario “Era un delirio: un diario de izquierda que tenía su público entre los agentes de bolsa”.
Pero este “delirio” tuvo dimensiones de tragedia. La dictadura militar, que usurpó el poder en 1976, hizo desaparecer a un importante número de periodistas que revistaban o habían revistado en El Cronista Comerial. Ellos fueron Claudio César Adur, María Bododian, Miguel Ángel Ramón Bustos, Luis Rodolfo Guagnini, Diana Griselda Guerrero, Héctor Gutiérrez Ruiz, Enrique Raab y Eduardo Suarez, además de su delegado sindical Héctor Ernesto Demarchi y dos de sus directores: Julián Delgado y el hijo de uno de sus fundadores, Rafael Andrés Perrotta.
La desaparición de este último se produjo en abril de 1977, muchos meses después de producida su venta.
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Alrededor de la desaparición de Perrotta se tejieron muchas especulaciones, como su supuesta relación con el ERP. Su hijo Rafael, que trabajó con su padre en ese tiempo, acepta que en la redacción del diario convivieron militantes de las más variadas ramas de la izquierda autóctona, pero que, según dice, esto le generó más problemas que los que hubiera deseado, entre ellos un gran número de conflictos gremiales que motivaron la desición de vender el medio.
En realidad, piensa, fue la actitud de denuncia hacia los crímenes que se estaban cometiendo lo que lo condenó. “Papá -recuerda- le recriminó en público a un funcionario militar la desaparición de personas y los crímenes que se cometían”.
Finalmete, la historia cuenta, que a Cacho Perrotta se lo llevaron 13 de junio de 1977. Lo secuestró un grupo de tareas del ejército. Que lo torturaron y lo mataron y que su cuerpo aún no aparece.
Nuestro diario le debía a uno de los hacedores más notorios un homenaje. Vaya, pues, nuestro recuerdo para Rafael Andrés Perrotta, también para Julián Delgado, otro de sus directores y para todos los detenidos desaparecidos durante la dictadura que alguna vez trabajaron en El Cronista Comercial

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Sasetru y el grupo “Mercado”


Con la muerte de Perón a fines del ’74, el país entraba definitivamente en crisis. Los problemas económicos arreciaron y El Cronista Comercial padeció, como muchas otras empresas, las consecuencias. Sin publicidad, con deudas, una inflación descontrolada y una planilla de empleados de más de cuatrocientas personas, el diario se tornó inviable.
Es así que durante 1975 los Perrotta se contactaron con los directivos del grupo Sasetru, la empresa agroalimentaria creada en 1949 por Nestor Jorge Salimei, Juan Angel Seitun y Jorge Trucco Aguinaga, quienes recientemente habían comprado la Revista Mercado y en julio de 1976 le vendieron el diario junto al edificio de la calle Alsina.
Fueron entonces los directores de esa revista Julián Delgado, Alberto Borrini, Raúl Sarmiento y Mario Sekiguchi, quienes asumieron la dirección del diario el 1 de agosto de 1976.
Fueron los tiempos de la tablita de Martínez de Hoz y del deme dos y fueron los tiempos de la dictadura que volvió a golpear al periódico, secuestrando y desapareciendo otra vez a uno de sus miembros, esta vez a su director Julián Delgado el día 4 de junio de 1978.
En lo editorial el diario retornó a la economía como principal temática y generó nuevos productos como el anuario con la visión de los presidentes de las principales empresas del país.
Cuando en junio de 1983 Borrini, Sekiguchi y Sarmiento pasaron a dedicarse en forma exclusiva al management de la empresa, nombraron como director a el periodista Ricardo Frascara, miembro de la revista Mercado que se mantuvo en el cargo hasta noviembre de 1985. El economista Juan Carlos De Pablo lo sucedió hasta su venta.

El Cronista Multimedios


En plena primavera alfonsinista, a mediados de los ochenta, Eduardo Eurnekian, un empresario de familia armenia propietario de la empresa textil familiar Uzal, estaba interesado en construir en Argentina una empresa de medios de comunicación de peso.
Propietario ya de Cablevisón, la operadora de televisión por cable más importante del momento adquirió, junto con su socio Luis Melnik, en poco tiempo el Canal dos, las radios América y FM Aspen 102 y fundó la productora de señales para la TV por cable Pramer.
Un medio de prensa escrita era un eslabón clave para el emprendimiento y El Cronista Comercial fue el elegido. Lo compró en mayo de 1986 con la idea era competir en el segmento de los diarios generalistas, aunque sin perder del todo el perfil económico. Esta terea fue encomendada a Raúl Burzaco, quien asumió como director el 1º de enero de 1997. Destacado periodista, había sido director del diario Tiempo Argentino.
Con él, el diario comenzó a sumar páginas, secciones, profesionales, suplementos y un nuevo nombre. Desde ese momento El Cronista perdió temporariamente su “Comercial” y comenzó a venderse, ya definitivamente, en la vía pública.
Fueron tiempos de expansión, de diversidad y de pluralismo. Con Jorge Castro como subdirector y con Daniel Della Costa en la secretaría de redacción, el diario sumó especialistas de las más variadas ramas.
La cadena de nombres es interminable, aunque como muestra de la pluralidad que se respiraba en el diario baste recordar a columnistas como Hernán Buchi, Noam Chomsky, Emilio Cárdenas, Fernando Nadra, Emilio Corbiere, Eduardo Curia, Bernardo Neustadt o Daniel Hadad o a periodistas y colaboradores como Hugo Grimaldi, Pablo Wende, Domingo Di Nucci, Osvaldo Quiroga, Silvia Hopenhayn, Quique Wolff, Claudio Zinn o Nik, entre muchísimos otros.
Muchos de los suplementos que se pusieron en marcha fueron señeros, otros innovaron el mercado y algunos otros aportaron nuevas plumas al periodismo argentino.
Comenzando con el suplemento de finanzas que tomó el color salmón que hoy conocemos como marca del diario, se puede mencionar a los suplementos Cultural, Espectáculos, Deportivo, Arquitectura, Inmobiliario, Informática, Salud, Video, Life & Fitness, Gourmet, Automotor, Agropecuario Comercio Exterior ó la “extraña” historieta para niños Alf, entre tantos otros. La apuesta también se se reflejó en el nivel tecnológico. La redacción se pobló de computadoras (la primera redacción del país en tenerlas en cada uno de los puestos) y las rotativas sumaron color a su tirada. Pero lo más destacado fue, sin dudas, el comienzo de la página web del diario. En 1994 el sitio www.cronista.com fue el pionero de un medio gráfico en el país.
Hubo más. Entre 1991 y 1993, la editorial SADEI editó un diario vespertino descontracturado y ameno llamado Extra que fue dirigido por el periodista Orlando Barone.
También realizó reconocidos concursos a nivel nacional, como el Premio a la Publicidad Institucional y hasta generó un juego con premios cuya temática era la cotización de valores llamado Chance.
Los tiempos del menemismo encontraron a El Cronista en plena expansión y con cambios que sufrieron los altibajos de un medio que no pudo terminar de acomodarse.
En diciembre de 1990 Burzaco cedió su lugar a Enrique Szewach, un economista asociado a FIEL, en la dirección del diario. Su gestión duró poco tiempo ya que dimitió en julio de 1991. Le sucedió luego de un interinato de Jorge Castro, en septiembre de 1991 el periodista Mario Diament, que había trabajado en La Opinión en los sesenta y había dirigido la revista Expreso.
A Diament lo sucedió, un año después (noviembre del ´92) el empresario Dardo Gasparré y a este, finalmente, Néstor Scibona en agosto de 1994.
Con la llegada de este periodista, que ya había revistado en la redacción de El Cronista en la década del 80, el diario comenzó su lento retorno a las huestes de los diarios especializados en economía y negocios.

Desde el otro lado del Atlántico


El año 2000 llego al diario de la mano la crisis económica más aguda de la historia criolla y del grupo español Recoletos. La empresa que para ese entonces pertenecía al grupo editorial inglés Pearson, editor del Financial Times, desembarcó en Argentina con la idea de apuntalar su crecimiento a nivel global en octubre de ese año.
Editores en España del diario Expansión y del diario deportivo Marca, trajeron a El Cronista el color salmón como signo distintivo de todos los periódicos económicos del grupo.
En lo editorial completaron el camino de retorno a los negocios que detentó históricamente y sumaron a la empresa a las revistas Apertura, Target e Information Technology.
En julio del 2001 Scibona dejó el diario y asumió temporalmente la periodista María Sanchez Laso, quien había trabajado en la revista Apertura y que estaba en el diario desde 1994. Desde marzo 2002 y durante menos de tres meses Darío D’Atri, un periodista proveniente del diario Clarín, dirigió el diario para luego quedar nuevamente en manos de Sánchez Laso, esta vez como directora hasta diciembre de 2006.
En este tiempo comenzaron a funcionar muchos de los suplementos y secciones que hoy tiene como Management, IT Business, y las revistas Clase Ejecutiva y RPM. Además de remozar el clásico Anuario y de editar la guía empresaria Quién es Quién.
En 2004 el grupo Banesto y los directivos de Recoletos de España recompraron las acciones de la editorial española al grupo inglés. Este paso significó el retiro de muchos de los medios del exterior entre los cuales se encontraba El Cronista.

El Grupo De Narváez


Lo que llegó es historia reciente. En setiembre del 2006 lo compró Francisco de Narváez, un empresario proveniente de la actividad supermercadista que encabezó el directorio de Tía S.A.
Así el diario pasó a integrar el pool de empresas del Grupo De Narváez: La Rural S.A. América 2, Rapsodia y Citrícola Ayuí. El centenario encontró al pionero del periodismo de economía de la Argentina, que recuperó su antiguo nombre, El Cronista Comercial, bajo la dirección del periodista Guillermo Kohan, quien asumió en enero del 2007 y renunció días después del festejo en diciembre de 2008. Actualmente Fernando Gonzalez, un periodistas que había trabajado a principios de los 90 en el diario, asumió la dirección.

Editorial del pimer número: 1ª de noviembre de 1908


“Vieja máxima sajona aconseja en todo acto de vida la discreción, gran virtud, casi siempre exótica en humanos organismos; anhelamos hacer de ella norma de conducta, único tutelaje al que rendiremos el fervoroso presente de nuestras actividades mentales.
Harto de promesas y programas atrayentes está el público, ora, porque a éstas las dicte el entusiasmo de todo comienzo, ora, porque es el obligado reclamo de mercadería nueva. No quisiéramos recorrer esta senda abierta por el trajín diario; pero si es necesario enterar al que lee el móvil que induce a la labor le diremos con lealtad:
Aspiramos a llevar al escritorio del comerciante un auxiliar útil con información ecuánime del movimiento comercial en todas sus manifestaciones; vivimos tiempos de intensa renovación, al que corresponde el primer lugar el envidiable desarrollo mercantil, piedra angular de la maravillosa potencia económica del país; servir en esta rama de actividades es tarea grata para lo que llevamos el aporte de varios años de experiencia y trabajo cotidiano; podemos deducir todas la consecuencias de que de ella se derivan, así en beneficio o daño de los intereses que nos proponemos servir, llevaremos pues, ya en son de ayuda o reparo, nuestro riguroso trabajo de cateo, así oficial como extraoficialmente efectuado. Declaramos con la más sincera convicción, que no han de haber en nuestras columnas, propagandas que beneficien a particulares con decuido o perjuicio del bien público y mucho menos llevaremos al estadio periodístico espíritu combativo alguno, y complemento de esta conducta será, para nosotros, desoir toda agresión.
No siempre los comienzos ahitos de promesas acostumbran ser prolíficos; enseñar la obra hecha sería el más racional sistema de demostrar la bondad del trabajo; pero como no fuera dado efectuarlo, forzados a lanzar propósitos, hacemos los menos posibles, deseosos de que el tiempo se encargue de decir por nosotros: se hace y se hará labor fructífera.
Sea nuestro primer saludo para el comercio que mantiene próspero el engrandecimiento positivo del país, y para el periodismo nacional, el más alto exponente de la cultura: de unos y de otros requerimos la buena voluntad.”

Todos los directores

Antonio Martín Gimenez y Cía

Antonio Martín Gimenez 1908 – 1919

Rafael S Perrotta y Cía hasta 1946, El Cronista Comercial SRL hasta 1960, SADEI desde 1964

Rafael S Perrotta: 1919 - 1938
Carlos Malagarriaga: 1938-1946
Duilio Anzisi: 1946-1967
Rafael A. Perrotta: 1950-1976 (durante 21 años compartió la dirección con Ansizi)

SADEI - Grupo Sasetru

Julián Delgado, Alberto Borrini, Raúl Sarmiento y Mario Sekiguchi: 1976-1983 (el primero desaparecido en el año 1978 siguió figurando en el staff dos años más)
Ricardo Frascara 1983-1985
Juan Carlos de Pablo 1985-1986

SADEI - Multimedios América ( Eduardo Eurnekian)

Raúl Burzaco: 1987-1990
Enrique Szewach: 1990 -1991
Orlando Barone y Jorge Castro: directores interinos 1991
Mario Diament: 1991-1992
Dardo Gasparré: 1992-1994
Néstor Scibona: 1994-2001

Grupo Recoletos

María Sanchez Laso: Jefa de Redacción Agosto 2001-Marzo 2002
Dario D’Atri: Marzo 2002-Junio 2002
María Sánchez Laso:2003-2006

El Cronista Comercial, Grupo De Narváez

Guillermo Kohan: Enero 2007 a diciembre de 2008 Fernando Gonzalez de enero de 2009 al presente


Autor: Sergio Lanzafame

Fuentes consultadas:
Archivo del Diario El Cronista Comercial
Entrevista a Rafael Perrotta Bengolea y a Ana María Perrotta Entrevista a Alberto Borrini